En estos tiempos de destape en todo ámbito, para algunas(os) los juguetes sexuales se han convertido en sus amigos más cercanos, en confidentes, en escapes a la rutina diaria. Es por ello que quisimos indagar en sus secretos.
Por Agustín Morales Pérez
El destape en la sociedad se cree que no tiene límites. En los noventas, la juguetería erótica y la lencería eran privativas para las prostitutas o para las solteronas empedernidas, en el caso de los juguetes. De un tiempo a esta parte, han proliferado los llamados sex shops, tiendas especializadas en estos adminículos, en disfraces, lubricantes, preservativos y de cuanto hay en el mercado para el placer, de la pareja o del algún solitario.
En un recorrido por el centro de Santiago, en calle Huérfanos, uno de los principales paseos peatonales, y casi llegando al cerro Santa Lucia, está enclavada la tienda SoloAdultos.cl. El negocio tiene este dominio en Internet también, por donde comenzaron a promocionar sus productos, luego nacieron las tiendas, la del centro y otra en Providencia (Paseo Las Palmas).En su sitio Web, la compañía tiene las fotografías de cada uno de los implementos con los que cuenta en su inventario. Hay desde el más clásico consolador, lencería erótica, películas para arriendo y venta, hasta implementos para suplir fallas en los órganos sexuales masculinos (bombas de vacío y retardantes).
La tienda es bastante especial, muy llamativa desde fuera, lo que hace que no cualquier persona ingrese a ella, pues ya sabemos que los chilenos son más bien cohibidos en estos ámbitos. Pero al ingresar, no se nota nada hacia fuera, es muy privado y están casi los mismos productos de la pagina.
Siguiendo el recorrido por este paseo, encontramos dos o tres tiendas más de los mismos artefactos, añadiendo revistas eróticas y otros. El Gallery grafica la dualidad de la sociedad. En un local existe este video club que vende películas en DVD (no eróticas), pero al lado se venden aparatos para el goce sexual. Como para ocultar lo pecaminoso que puede ser que sea sorprendido entrando o saliendo de uno de estos lugares, existe este video club, que hace de fachada.
Como anécdota se puede contar lo desinhibida que se encuentra la mujer chilena. En un típico reportaje sobre el aniversario del metro de Santiago, se mostró la oficina de objetos perdidos, donde se han extraviado carteras completas en las que, al ser revisadas por personal de seguridad, se encontró un consolador. Lo dejaron ahí mismo y cuando la propietaria fue a reclamar sus pertenencias, apareció el doble estándar del chileno, reviso por encima si estaba todo y salio rápidamente, sin mirar e intentando que no vieran lo nerviosa y avergonzada que se encontraba, porque habían descubierto su secreto.
Hecho este paréntesis, al consultar a los locatarios de las tiendas, se negaron a dar declaraciones por órdenes directas de los administradores, pero no es relevante para este reporte, ya que sólo quería dar una mirada al Santiago oculto, ese del que poco se sabe, pero todos saben que hay algo más.
Y tal como reza el titulo, nunca está demás, conocer los gustos de su pareja o los suyos propios, y regalar un adminículo de estos, darse un momento de relajo y dar rienda suelta a su imaginación, pues para eso han sido creados.
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